En la Residencia de Borja estamos intentando que nuestra imaginación funcione al máximo,
pensando en positivo, mirando con los ojos del corazón, y viendo nuestro alrededor con los
colores que nos gustan.
Hoy es un día agridulce. Triste, porque José Mari, nuestro barman se marcha (hoy es su cumpleaños), pero alegre, porque da paso a su jubilación, una nueva etapa que esperamos que disfrute mucho.
Aunque no hemos podido celebrar la jubilación por todo lo alto, como se merece, esperamos que todo esto se arregle pronto y "tiraremos la casa por la ventana".
José Mari no solo era el camarero en la Residencia y en el Hogar, sino un confesor, vigilante, psicólogo, compañero y buen amigo de todos, residentes, familiares, trabajadores....
¡Te echaremos de menos!