martes, 9 de noviembre de 2010

Excursión al Pilar



Salimos de nuestra residencia a las 10:30 horas de la mañana, personal, nuestros abuelos y el centro de jubilados. Alrededor de las 12 horas llegamos a Zaragoza y el autobús nos dejó en las cercanías de la Plaza del Pilar.
Entramos todos a la basílica y una vez allí cada uno se colocó donde quiso para ver la Ofrenda de Frutos.
Al terminar, para tener un bonito recuerdo, nos hicimos fotos bajo el manto floral de Nuestra Señora del Pilar. Hubo mucha armonía y buena organización en todo momento.
Alrededor de las 13:30 horas nos reunimos todos en el autobús y nos trasladamos a la Residencia de Movera, donde nos esperaban para comer, allí nos recibieron genial y comimos estupendamente.
En el café nos sorprendieron con algunas interpretaciones de los propios residentes, hubo teatro, jotas y poesía. Sobre las 18:00 horas llegó el momento de volver a casa con una anécdota¡¡¡ !el mando elevador del autobús se había estropeado¡¡¡, hubo algunos problemillas pero enseguida pudimos resolverlos. El viaje de vuelta fue bien y llegamos a Borja a la hora de cenar.

! FUE UN DÍA EMOCIONANTE Y DIVERTIDO¡¡¡¡
T.C.

jueves, 4 de noviembre de 2010

EL CASO DE JUAN MOLONDRÓN

... Por Ángel Heredia

Había un país cuyo rey era dueño de Moscolandia, Amado Moscardón. Eso sí, con poca mollera para dirigir el país, pero muy bueno. El pueblo lo quería mucho.
Se dio un caso que revolucionó al pueblo y llegó hasta las oficinas del Rey.
La cosa empezó así: Un señor se puso a comerse un pastel encima de la mesa muy concienzudo y que cosa mas natural, a tal dicho pastel acudieron las moscas. Harto de verlas por el pastel, dio un puñetazo por el pastel y mató siete de un trompón. Se corrió la voz... La gente echó a gritar: " Juan Molondrón acaba de matar a siete de un trompón".   Esta hazaña no decía a quien o que había muerto, solo que Juan Molondrón había matado a siete de un trompón. Aquello llegó a oídos del Rey, la valentía de un súbdito de su reino, así que mandó por todo el país comisarios para que se lo llevasen a Palacio pero sin causarle el más mínimo daño, bajo pena de muerte a quien le hiciese daño.
Una vez buscado, lo llevaron a Palacio y no tuvieron que pedir audiencia, ya que su impaciencia era muy grande por conocer a tan gran héroe. Y así se hizo: "Su Majestad, aquí está Don Juan Molondrón".
El Rey lo abrazó y le dio el mejor sillón de Palacio. Una vez reunidos le dijo el Rey: 
- Así que tú eres el famoso Juan Molondrón, que de un puñetazo has matado a siete. ¡Qué grande sería mi reino con pocos súbditos como tú! Desde éstos momentos, te nombro segundo jefe de mi reino y no se hable más.
- Su Majestad ¿me deja que se lo explique?
- No hay nada que explicar.
- Su Majestad, por Dios, se lo pido, escucheme.
- Si tanto lo pides, con mucho gusto lo haré.
- Pues mi historia es la siguiente: Yo tenía un pastel sobre la mesa, al cual me acudieron muchas moscas y de un puñetazo maté siete moscas. La noticia se divulgó por el pueblo, con el comentario de que Juan Molondrón había matado a siete de un trombón, pero no fueron hombres, sino siete moscas. Y esas son las víctimas que yo le quieté de su reino, su Majestad.
- Entonces lo cambia, Juan. Has de saber que además de ser Rey, soy el presidente de la Sociedad Protectora de Animales y entre ellos entran las moscas. Así que, me veo obligado a quitarte todos los honres que te acabo de imponer.
- Lo acepto como una orden suya. Su Majestad, entre todos lo seres que pueblan la tierra es el más asqueroso y que más pérdida causa a los humanos, y me explico. Donde hay una mosca eso va a la basura, de ahí los millones de pérdida que ocasionan diariamente. La mosca se halla en todas las partes de la Tierra. Donde quiera que uno se ponga hacer sus necesidades, allí hay moscas.
- Tienes razón Juan, retiro mi palabra y sigues siendo el segundo de mi reino.
- ¡Debo y así lo haré! que teniendo una hija muy guapa te la ofrezco como esposa si tú me la aceptas.
- Su Majestad, es mucho lo que me da, por el servicio realizado en la patria de Moscolandia.

Esto sucedió por los años del cerca de Noé, cuando una de las ventanas quedó abierta y como vieron que en aquellas tierras (después de las  lluvias) había tanta mierda, tanto en el fondo como en la tierra seca y en el Jardín del Edén, les gustó el sabor de la abundancia. Ya se quedaron con nosotros hasta éstos días, al no faltar mierda por todas partes donde estamos los españoles preparados para  chorizar con mucha habilidad y sabiduría nos las apañamos para arañar aunque sea a una zarza, así que este es el cuento de "Juan Molondrón" que de matar moscas pasó a ser dueño de un reino que su suegro apoyaba a tan pesados insectos.